Consideramos la autonomía esencial en la educación y desarrollo del niño. Los pequeños acumulan experiencias que favorecen un desarrollo motor armonioso y sientan las bases de un buen desarrollo intelectual gracias a la experimentación de situaciones.
A través de su autonomía desarrollan también las actitudes de persona adulta, creativa y responsable.
Para que su actividad adquiera significado es preciso que nazca siempre de la propia iniciativa del niño. Ofreciendo un entorno apropiado y protegido respetando su ritmo para que consiga el dominio y la seguridad necesarios.
Damos gran importancia a la experimentación y al juego libre como parte de su aprendizaje y adquisición de autonomía. Parte de su actividad diaria se desarrollan en el exterior, siempre que el tiempo lo permita, gracias al jardín privado de la escuela.
Nuestras educadoras atienden a cada niño de manera individualizada a lo largo de la jornada. Todo el equipo realiza un esfuerzo constante para evaluar, conocer y controlar el grado y la forma de atención que se ofrece a las niñas y niños.
Las rutinas de las actividades en el tiempo y la estabilidad de las situaciones en el espacio favorecen la toma de conciencia. Es a través de las atenciones cotidianas y del trato personalizado cuando se hacen los mayores esfuerzos para ayudar al niño a comprender quién es, que le pasa, que le hacen y que hace el.
Solicitando su participación le ayudamos a percibirse a si mismo, a conocerse y a expresarse.
Tenemos muy en cuenta la salud de las niñas y niños. Estamos en contacto diario con las familias para asegurarnos de que los niños estén siempre en buen estado de salud.